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En un mundo cada vez más amenazado por el cambio climático y sus consecuencias las personas están tomando consciencia de su responsabilidad individual. Las placas solares se erigen como alternativa predilecta para reducir las emisiones de carbono y aprovechar fuentes de energía renovables.

Las placas solares tienen un funcionamiento muy sencillo y ofrecen beneficios tanto para el medio ambiente como para los consumidores.

Beneficios de las placas solares

Los beneficios de las placas solares son tantos que cada vez son más los edificios de obra nueva que las incluyen en su sistema energético para, entre otras cosas, obtener certificaciones energéticas de tipo A.

El principal beneficio y el más obvio es que la energía que producen es renovable y limpia. Las placas solares aprovechan una fuente de energía inagotable: el sol. A diferencia de los combustibles fósiles, la energía solar es limpia y no produce gases de efecto invernadero ni contaminantes atmosféricos.

De este modo, aquellos que cuentan con placas solares reducen su dependencia energética de la red eléctrica convencional. Esto puede ser especialmente beneficioso en áreas donde el suministro eléctrico es inestable o caro.

Como consecuencia, el uso de placas solares supone un ahorro a largo plazo. Aunque la instalación inicial puede suponer una inversión significativa, a largo plazo generan ahorros sustanciales en las facturas de energía (alrededor de un 80%). Una vez instaladas, requieren poco mantenimiento y pueden durar décadas.

Otro beneficio que no queremos olvidarnos de comentar es la posibilidad de disponer de incentivos y subvenciones. Existen incentivos gubernamentales para fomentar la adopción de energía solar. Estas hacen que la inversión inicial sea más asequible y atractiva. En la Unión Europea podemos encontrar subvenciones en relación al objetivo europeo de reducción de las emisiones de CO2 para 2030 que pueden suponer desde la reducción del IRPF o otros impuestos como el IBI hasta ayudas de hasta 400 euros.

Funcionamiento de las placas solares

Las placas solares funcionan a través del efecto fotovoltaico: la capacidad de ciertos materiales de generar una corriente eléctrica cuando son expuestos a la luz solar.

El componente clave de un panel solar es la célula fotovoltaica, generalmente fabricada con silicio cristalino. Cuando los fotones de luz solar golpean la célula fotovoltaica, liberan electrones en el material semiconductor.

Estos electrones generan una corriente eléctrica que puede ser capturada y dirigida a través de cables conductores. Varias células fotovoltaicas se agrupan en paneles solares, y múltiples paneles se conectan para formar un sistema solar más grande.

Para maximizar la eficiencia de la conversión de energía solar en electricidad, los paneles solares suelen estar orientados hacia el sol.

Sin embargo, al contrario de la creencia popular, no necesitan que les de el sol directamente ni que haga calor para que funcionen. Si están bien dimensionados funcionarán tanto en días con mucha radiación como en días con menos.

Diferentes tipos de placas solares

Existen diferentes tipos de placas solares tanto desde la perspectiva de los usos como de la tecnología que usan.

Por un lado, las placas solares se han popularizado y eso ha hecho que el modelo haya evolucionado para poder adaptarse a las necesidades de los consumidores. Actualmente existen diferentes tamaños para poder instalarlas hasta en viviendas móviles o en balcones de viviendas individuales.

Otro ejemplo claro de esta adaptación son las placas solares colectivas. Una alternativa que se ha popularizado y permite a varios hogares sacar provecho de una misma instalación. Para poder hacerlo deben cumplir algunos requisitos como la ubicación de los paneles, la conexión a redes públicas, etc…

Por otro lado, desde el punto de vista de la tecnología también existen diferentes tipos de placas solares:

• Placas solares fotovoltaicas. Pueden ser monocristalinas, policristalinas y amorfas. La diferencia entre estos tres tipos es el rendimiento y la estabilidad que proporcionan los materiales con las que están formadas.
• Placas solares térmicas. Los colectores funcionan a otra temperatura. Pueden ser de temperatura baja (hasta 50 grados) y se utilizan para calefacción y agua caliente sanitaria. Si son de temperatura media (hasta 90 grados) son igual al anterior pero evitan la pérdida del calor del panel con una cubierta. Las de temperatura alta (hasta 150 grados) cuentan con una cubierta más. Se usan para producir vapor capaz de mover turbinas que permiten la generación eléctrica.
• Placas solares híbridas. Están todavía en desarrollo pero están planteadas para combinar las ventajas de las dos anteriores. Son capaces de transformar la luz del sol en electricidad y calor.

En conclusión, las placas solares ofrecen una forma sostenible y eficiente de generar electricidad, con una amplia gama de beneficios para el medio ambiente y los consumidores. Con el avance de la tecnología y el crecimiento del interés, es probable que las placas solares desempeñen un papel cada vez más importante en el futuro energético global.